Razones que se fueron a bolina

Por Luis Ernesto Ruiz Martínez

Me he cuidado de no colocar en el título ni una sola palabra que condicione el contenido de este texto o que pueda asociarse directamente con Harold Cárdenas o lo que queda de La Joven Cuba. Los hechos de los últimos días dejan bien claro, ahora que sabemos la parte de la historia que permanecía oculta, que no tiene sentido seguir esperando un cambio.

En abril de 2013 publiqué:

Las razones siempre pueden ser aceptadas o rechazadas, pero ante todo tienen que ser respetadas. Las diferentes voces de la blogosfera cubana buscan crearse un espacio y es lo que nos hace tan creíbles en tanto efectivas sean sus argumentaciones. Lamentablemente aún quedan muchos que no son capaces de entender que necesitamos aprender a debatir y escuchar criterios diferentes siempre que no pretendan torcernos el camino largamente construido.

Habían pasado algunos meses del bloqueo a La Joven Cuba, y yo estaba entre los pocos blogueros que se habían atrevido a publicar un texto a favor de ellos, sin dejar de afirmar, algo que ellos mismos no entendieron del todo, que muchas de las reacciones de entonces eran resultado de las propias acciones de los miembros de La Joven Cuba.

Cuando casi nadie en Cuba quería a Harold en un mismo escenario, tuve la buena fe de invitarlo a la primera edición de las Bloguerías de Mayo. Por aquellos días ya comenzaba a preocuparme la manera en que “disparaba” contra lo que a él le parecían errores que podíamos solucionar, o al menos, ayudar con la denuncia.

Entonces estaba convencido de que era mejor tratar de ejercer influencias sobre él, que dejarlo a la deriva. Para otras 2 ediciones de mi evento, recibió invitación y compartió sus criterios, siempre desde el respeto a pesar de las diferencias, con los que vinieron hasta Holguín.

Si escribo esto, es porque me siento con el derecho de afirmar que todo lo que está pasando ahora mismo no es más que la certeza de que era prácticamente imposible evitar que su camino se distanciara cada vez más del nuestro. Al final, la realidad ha borrado cualquier vestigio de posible acercamiento a lo que lo llevó a abrir un proyecto revolucionario como La Joven Cuba.

Retomo las palabras con las que terminé aquel post en abril de 2013:

Un buen amigo me comentó un día que lo realmente fácil es salir a “cazar” problemas en la Cuba de hoy y publicarlos en forma de post. Están en todas partes y como bien sabemos se alimentan con las ineficiencias de algunos que, con marcadas intenciones, hacen de ello una forma de vida parásita. Mi consejo a los blogueros de la Universidad de Matanzas no será jamás que callen para evitar “problemas”, sino que alcen su voz para juntar voluntades a pesar de los pesares, pero con los pies y el corazón bien puestos en esta tierra nuestra.

Evidentemente, hace mucho que sus pies dejaron de pisar la misma tierra que nosotros. O por lo menos, de significar lo mismo.

Lo publicado por Javier Gómez Sánchez en respuesta a La Joven Cuba, demuestra que ciertamente prefirieron alzar su voz, pero con el cuidado extremo de no buscarse problemas con los que quieren hundir la Revolución Cubana.

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